
Te miro y no te reconozco. Al menos, no recuerdo dónde está aquél estadio que conocí hace veintitantos años cuando por primera vez pisé aquella instalación. Hoy te han vestido de gala. Atrás han quedado cosas y hechos inenarrables hoy día porque nadie se dignó en salvaguardar tu historia.
Ya no hay elementos que dañen tu imagen interna como, por ejemplo, aquél barranco lleno de basura situado junto a los vestuarios, ni tampoco el barrizal al que siempre te veías sometido cuando las nubes decían de soltar algunas gotas de agua. Atrás han quedado aquellos charcos en los que los delanteros hacían 'aguas' intentando buscar el contragolpe imposible.
Hoy eres otro. Te has hecho mayor. Has perdido esos peligrosos bordillos que rodeaban tu terreno de juego, al a vez que una fina capa verde se ha instalado sobre tí, para mejoría de imagen y calidad del que practica el deporte que cada día se cierne sobre tu manto.
Hoy no tienes ese marcador con números gigantes instalado detrás de la piscina municipal y patrocinado etérnamente por el BBVA. A cambio, y solo para esta ocasión, te han colocado en la única grada cubierta otro distinto, uno en el que los números cambian de modo digital y que te dan mucha más presencia ante todos.
Precisamente, en tu tribuna cubierta, la única de la que dispones, es donde más retoques te han hecho. Te han colocado asientos, cabinas... Qué cambio con aquella vacía tribuna llena de hormigón y aquella cabina unipersonal en la que Francisco Ortega o Manuel Rivera hacían sus crónicas para Radio Cubillas o IDEAL.
¿Y qué decir de tus vestuarios? El pasillo ya no suelta trozos de cal al suelo, porque ahora hay trozos de madera que visten con elegancia la concentración de cualquier equipo que vaya a saltar al campo. Un campo en el que tampoco están aquellos banquillos casi bajo tierra a los que más de un entrenador costaba entrar y salir.
Por cambiar ha cambiado hasta la protección del acceso a vestuarios y sus barandillas, a las que les han puesto gomaespuma para evitar golpes de futbolistas. La de golpes que se han dado otros y que haya tenido que pasar tanto tiempo...
Hoy eres otro. Has mejorado con los años. Se nota que hay quienes miran por ti, aunque también sé de otros que te echaron en el olvido. Lástima que solo haya sido por una noche y que alguno de los aspectos nombrados no perduren para siempre. Pese a ello, no has perdido tu identidad.
Ahí sigues, en la Era Alta, reinando con tus focos, también reformados, o tu nueva pista de atletismo.
Quien te ha visto más veces que yo sabrá contar muchas más historias, y habrá observado el velódromo, las tapias hechas a base de una piedra sobre otra o, incluso, la construcción de la cantina o el bar de la piscina.
Sobre tu alfombra hoy has acogido el partido más importante de tu historia. Ojalá no sea el último. Y ojalá, sigas conservándote igual de bien.
Atentamente
Un aficionado cualquiera
1 comentario:
Mi más sincera felicitación al autor del artículo que aunque no este firmado todos intuimos de quien es. Debe ser de una persona que lleva varios años trabajando por su pueblo, que lo quiere y al que pocos reconocen su labor.
Enhorabuena por la pagina web porque está de lujo.
Por cierto, yo si recuerdo aquel marcador de numeros gigantes con las tablas aquellas... que tiempos.
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