Comerciantes ambulantes reconocen que el recinto está mucho mejor que la calle, aunque algunos cuestionan la lejanía con el centro del pueblo o el riesgo que entraña el paso de peatones de la Carretera Nacional
[EL REPORTAJE Luis Ruiz] | Fotos: Molina
El día del estreno, con división de opiniones. El Mercadillo de Pinos Puente ha cambiado de ubicación con la opinión de quien piensa que está lejano, que es un buen recinto, que aún le faltan detalles por pulir o que le parece perfecto el cambio. Ya se sabe que para gustos, los colores.
Y así se ha transformado hoy el tradicional miércoles de cada semana en Pinos Puente. Los comerciantes han tenido que adaptarse a un nuevo espacio, numerado por primera vez; mientras que los clientes han tenido que empezar a acostumbrarse a entrar en un recinto cerrado y a coger el coche para acudir al mercado.
El día del estreno, con división de opiniones. El Mercadillo de Pinos Puente ha cambiado de ubicación con la opinión de quien piensa que está lejano, que es un buen recinto, que aún le faltan detalles por pulir o que le parece perfecto el cambio. Ya se sabe que para gustos, los colores.
Y así se ha transformado hoy el tradicional miércoles de cada semana en Pinos Puente. Los comerciantes han tenido que adaptarse a un nuevo espacio, numerado por primera vez; mientras que los clientes han tenido que empezar a acostumbrarse a entrar en un recinto cerrado y a coger el coche para acudir al mercado.
LOS VENDEDORES
Luisa Camacho reconoce en su puesto de ropa que el nuevo mercadillo "no es pequeño, ya que hay para 74 puestos, solo es cuestión de que la gente empiece a acostumbrarse a esta nueva ubicación", confía esta vendedora para que se reflote la decaída economía de los comerciantes.
En la misma línea se pronuncia Benito Granizo, que sabe que su puesto de zapatos es "demasiado grande para el hueco que me han dado". Resulta, que su número le asigna una pequeña esquina en la que es casi imposible de instalar las más de 45 canastas en las que coloca todos los productos que vende: "He tenido suerte de que he podido cambiar el puesto con el comerciante de enfrente, pero si no cambia esto, tendré que dejar de venir". Sin embargo, Granizo reconoce que "el sitio es bueno, ya que hay más espacio para descargar los camniones, no molestamos a nadie, solo hay que esperar a que se acostumbren".
Luisa Camacho reconoce en su puesto de ropa que el nuevo mercadillo "no es pequeño, ya que hay para 74 puestos, solo es cuestión de que la gente empiece a acostumbrarse a esta nueva ubicación", confía esta vendedora para que se reflote la decaída economía de los comerciantes.
En la misma línea se pronuncia Benito Granizo, que sabe que su puesto de zapatos es "demasiado grande para el hueco que me han dado". Resulta, que su número le asigna una pequeña esquina en la que es casi imposible de instalar las más de 45 canastas en las que coloca todos los productos que vende: "He tenido suerte de que he podido cambiar el puesto con el comerciante de enfrente, pero si no cambia esto, tendré que dejar de venir". Sin embargo, Granizo reconoce que "el sitio es bueno, ya que hay más espacio para descargar los camniones, no molestamos a nadie, solo hay que esperar a que se acostumbren".
Antonio, sin embargo, sabe que el puesto de ropa que regentan él y su mujer no pasan por buenos momentos por la crisis, con lo que el éxito del traslado al nuevo mercadillo "solo depende de los clientes". Por buscarle alguna pega, este comerciante reconoce que "yo solo habría hecho dos calles, para reagruparlo más".
La misma opinión tiene Rafael Tirado, que considera que "son los ciudadanos los que tienen la palabra, ellos ya estaban acostumbrados al otro lugar y solo es cuestión de esperar a que también se adapten a este", hecho que según este vendedor de ropa puede tardar unos cuatro o cinco meses. Tirado también encuentra un inconveniente común al mercadillo, que es el tener que cruzar los semáforos de una carretera "tan transitada".
Antonio Campos, sin embargo, encuentra otro inconveniente distinto al planteado por todos. Para este vendedor de ropa interior "debería haberse asfaltado todo el terreno, no solo por dónde van a transitar los clientes, creo que nosotros también tenemos derecho". Así mismo, Campos apunta que "los últimos se han colocado ahora los primeros, más cercanos a la entrada, y creo que los que tienen un número más alto deberían estar más al final, es otro de los errores que encuentro".
Pese a que pasa por una mala época para vender flores, Miguel Ángel Ortiz también se ha estrenado en el nuevo mercadillo, al que cree que le faltan detalles por pulir: "Hay hoyos que pueden crear algún problema con los vehículos". Ese problema no lo tiene, por ejemplo, el vendedor conocido como 'El Cortijero', ya que ha tenido la suerte de que su puesto caíga jústamente en zona completamente asfaltada, pues es la misma en la que en las fiestas de agosto se ubica la Caseta Municipal: "Yo veo el sitio, como recinto, muy bien, aunque en cuanto a ubicación era mejor donde antes estábamos, aquí no va a venir nadie cuando escarche un poco". Sin embargo, Francisco Miguel reconoce que para evacuar el mercadillo "está todo mucho mejor preparado, es más ancho".
Por último, para Luis Maya, al que le ha tocado instalar su puesto junto a la entrada, pues regenta el número 1, "a mí me ha gustado más, está todo adecuado, y su uso es exclusivo, además con servicios incluidos, qué mas se le puede pedir". Además, para Maya, "aquí tenemos fondo para los vehículos, algo que en Las Flores no teníamos".
Como se puede observar, la división de opiniones es la nota predominante entre los vendedores.
La misma opinión tiene Rafael Tirado, que considera que "son los ciudadanos los que tienen la palabra, ellos ya estaban acostumbrados al otro lugar y solo es cuestión de esperar a que también se adapten a este", hecho que según este vendedor de ropa puede tardar unos cuatro o cinco meses. Tirado también encuentra un inconveniente común al mercadillo, que es el tener que cruzar los semáforos de una carretera "tan transitada".
Antonio Campos, sin embargo, encuentra otro inconveniente distinto al planteado por todos. Para este vendedor de ropa interior "debería haberse asfaltado todo el terreno, no solo por dónde van a transitar los clientes, creo que nosotros también tenemos derecho". Así mismo, Campos apunta que "los últimos se han colocado ahora los primeros, más cercanos a la entrada, y creo que los que tienen un número más alto deberían estar más al final, es otro de los errores que encuentro".
Pese a que pasa por una mala época para vender flores, Miguel Ángel Ortiz también se ha estrenado en el nuevo mercadillo, al que cree que le faltan detalles por pulir: "Hay hoyos que pueden crear algún problema con los vehículos". Ese problema no lo tiene, por ejemplo, el vendedor conocido como 'El Cortijero', ya que ha tenido la suerte de que su puesto caíga jústamente en zona completamente asfaltada, pues es la misma en la que en las fiestas de agosto se ubica la Caseta Municipal: "Yo veo el sitio, como recinto, muy bien, aunque en cuanto a ubicación era mejor donde antes estábamos, aquí no va a venir nadie cuando escarche un poco". Sin embargo, Francisco Miguel reconoce que para evacuar el mercadillo "está todo mucho mejor preparado, es más ancho".
Por último, para Luis Maya, al que le ha tocado instalar su puesto junto a la entrada, pues regenta el número 1, "a mí me ha gustado más, está todo adecuado, y su uso es exclusivo, además con servicios incluidos, qué mas se le puede pedir". Además, para Maya, "aquí tenemos fondo para los vehículos, algo que en Las Flores no teníamos".
Como se puede observar, la división de opiniones es la nota predominante entre los vendedores.
LOS CLIENTES
No ha sido un día fácil para muchos ciudadanos que hoy se han decidido a probar el nuevo mercadillo de Pinos Puente. José Nievas es un anciano que ha conocido numerosos cambios de ubicación en la historia de la venta ambulante en Pinos Puente, y considera que este cambio "es el mejor de los posibles, está limpio, todo concentrado en un mismo sitio, apenas puedo ponerle pegas". De hecho, para Nievas, "aquí no hay ninguna rampa que bajar ni subir y para los que ya estamos mayores es para agradecerlo".
Junto a su madre y su abuela, Lucía Martín acude hoy por primera vez al mercadillo de Pinos Puente, al que califica como "más cómodo para nosotros, los que venimos a comprar, y para los que venden, sobre todo ellos". "Quizá sea un riesgo el tema de la carretera, pero teniendo precaucción no debe existir problema alguno", apunta Martín y cuya progenitora también reconoce que "no me puedo quejar de lejanía, porque a mí me coge al lado de casa".
Otra cliente, María Jesús, reconoce que "ha sido un acierto colocarlo aquí, se me ha hecho corto, eso sí, pero debe ser porque las calles eran más anchas y podías andar con más espacio".
Ana Zafra cree que "está mucho mejor, en Las Flores apenas podían acudir los ciudadanos, aquí hay sitio para estacionar el vehículo, dónde va a parar".
Entre los vecinos, hay quienes lo leen positivamente y otros no tanto. Cada uno cuenta la película según les va. Los peor parados, los vecinos de Castillejo o de Batán, así como Las Zorreras, estos últimos han pasado de caerse de la cama a un puesto de frutas a tener, casi por obligación, que coger el choque si quieren ir al mercadillo.
Otra cliente, María Jesús, reconoce que "ha sido un acierto colocarlo aquí, se me ha hecho corto, eso sí, pero debe ser porque las calles eran más anchas y podías andar con más espacio".
Ana Zafra cree que "está mucho mejor, en Las Flores apenas podían acudir los ciudadanos, aquí hay sitio para estacionar el vehículo, dónde va a parar".
Entre los vecinos, hay quienes lo leen positivamente y otros no tanto. Cada uno cuenta la película según les va. Los peor parados, los vecinos de Castillejo o de Batán, así como Las Zorreras, estos últimos han pasado de caerse de la cama a un puesto de frutas a tener, casi por obligación, que coger el choque si quieren ir al mercadillo.
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