La sentencia atribuye a J.M.P. la autoría de un delito de imprudencia grave ocasionando la muerte y también lo condena a pagar 99.000 euros de indemnización a los familiares de la víctima.
[Redacción-Pinos Puente]
El propietario de tres perros 'pit bull' que ocasionaron la muerte de un hombre en enero de 2007 en Casanueva ha sido condenado a un año de cárcel y a pagar 99.185 euros de indemnización por la autoría de un delito de imprudencia grave con resultado de muerte, según la sentencia del juzgado de lo Penal 3 de Granada, que se ha conocido hoy.
En ella, contra la que se puede presentar recurso, Juan M.P. fue el autor de un delito de imprudencia grave al considerar "plenamente acreditado" que fueron sus tres perros los que atacaron y ocasionaron la muerte del fallecido, y además de no adoptar las cautelas "exigidas y exigibles en la custodia de los animales".
Los hechos se remontan al 31 de enero de 2007. Entonces, según dicta la sentencia, la víctima podaba ramas de olivo en una finca en Casanueva, contigua a en la que se encontraban los tres perros, que estaban sueltos y sin bozal, y se escaparon.
Por este ataque, el fallecido sufrió fracturas y traumatismos en brazos y piernas que le causaron la muerte. El juez expone que la valla metálica de 1,95 metros de altura del acusado, estaba levantada debido a una oquedad. En la propia sentencia, el juez aclara que las medidas que tomó el propietario de los animales resultaron "insuficientes e inservibles, ya que los perros pudieron salir al exterior y adentrarse en la finca contigua".
La ausencia de vacunas, seguro obligatorio de responsabilidad civil y licencia reglamentaria para su tenencia eran tres de los elementos de los que carecían los animales, por lo que con estas pruebas, el juez considera "plenamente acreditado" que fueron esos tres animales los que ocasionaron la muerte de E.M.L., de 79 años, según los informes del departamento de Antropología.
El juez rechaza que los hechos sean constitutivos de una falta de lesiones imprudentes y afirma que los testimonios de los vecinos fueron "reveladores de la grave imprudencia".
El juez también recuerda el cruce de denuncias en 2002, por una pelea entre el perro de una hija de la víctima y los pit bull del acusado.
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Los hechos se remontan al 31 de enero de 2007. Entonces, según dicta la sentencia, la víctima podaba ramas de olivo en una finca en Casanueva, contigua a en la que se encontraban los tres perros, que estaban sueltos y sin bozal, y se escaparon.
Por este ataque, el fallecido sufrió fracturas y traumatismos en brazos y piernas que le causaron la muerte. El juez expone que la valla metálica de 1,95 metros de altura del acusado, estaba levantada debido a una oquedad. En la propia sentencia, el juez aclara que las medidas que tomó el propietario de los animales resultaron "insuficientes e inservibles, ya que los perros pudieron salir al exterior y adentrarse en la finca contigua".
La ausencia de vacunas, seguro obligatorio de responsabilidad civil y licencia reglamentaria para su tenencia eran tres de los elementos de los que carecían los animales, por lo que con estas pruebas, el juez considera "plenamente acreditado" que fueron esos tres animales los que ocasionaron la muerte de E.M.L., de 79 años, según los informes del departamento de Antropología.
El juez rechaza que los hechos sean constitutivos de una falta de lesiones imprudentes y afirma que los testimonios de los vecinos fueron "reveladores de la grave imprudencia".
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