
Dice ante el juez que desconocía que se trataba de unos perros peligrosos, que nunca los había entrenado para que lo fueran y que la víctima "los molestaba bastante"
[Redacción / Agencias - Pinos Puente / Granada] | Foto: Archivo
El propietario de los perros de raza 'pit bull' que, según la autopsia, mataron a un hombre en Casanueva en enero de 2007 eludió en la primera vista oral ante el juez cualquier responsabilidad sobre los animales, de los que, según manifestó, negó saber que eran peligrosos y que nunca los había entrenado para que lo fueran.
Según declaró Juan M.P. en el Juzgado de lo Penal 2 de Granada, los perros no estaban vacunados ni sometidos a ninguna atención especial, a la vez que dijo que los animales estaban "a veces sueltos y a veces atados, los tenía para mi compañía y seguridad, porque ya me habían entrado a robar siete u ocho veces". Estos supuestos robos rompieron una valla que era por la que los animales se escapaban, aunque "cada vez que me avisaban los vecinos de que andaban sueltos, yo acudía a recogerlos". Asimismo, el único acusado afirmó que "hasta el día de los hechos no me ocasionaron ningún problema, y los tenía desde hacía cinco o seis años". El propio procesado también declaró ante el juez que "el fallecido chinchaba y molestaba" a los tres 'pit bulls'.
Testigos
Por su parte, en la vista oral celebrada declararon también varios vecinos, los forenses, agentes de la Guardia Civil o familiares de ambas partes implicadas. Precisamente, un hijo del fallecido recordó que ya interpusieron una demanda contra el acusado por un incidente que tuvieron con anterioridad con los perros y afirmó que "el dueño nunca hizo nada ni caso de las quejas y advertencias contra sus perros porque decía que tenía un buen seguro". La hija del procesado apuntó que "nunca dieron ningún problema".
Las versiones entre los vecinos son diferentes, ya que mientras que unos declararon temer por la supuesta peligrosidad de los animales, otros apuntaron que no tenían constancia de que causaran temor en la zona. Si bien, todos declararon que andaban sueltos, sin bozal y sin correa.
Los Guardias Civiles llamados a declarar afirmaron que "no hubo ninguna colaboración" por parte del dueño de los perros, ya que al parecer, este no entregó los animales a los agentes hasta que no se lo aconsejó su abogado. Por su parte, otro agente que participó en la investigación reconoció que la jaula que tapaba el agujero por donde supuestamente se habían escapado los perros para atacar al fallecido, que se encontraba en el terreno colindante a la finca del fallecido "había sido desplazada con posterioridad a los hechos", ya que en la oquedad se hallaron restos de sangre y pelos de animal y el barro indicaba un movimiento de la misma.
Según los forenses, la víctima presentaba tres heridas en el antebrazo y las dos piernas, dos de ellas con fractura de hueso y destrucción del músculo y vasos sanguíneos, lesiones producidas por los tres perros.
Por su lado, uno de los técnicos señaló que pese a que estos animales están considerados como peligrosos, "están técnicamente equilibrados, ya que no atacan si no ven motivos para agredir, teniendo en cuenta que no fueron adiestrados para morder a las personas".
"Una muerte anunciada"
El Fiscal del caso afirmó rotundamente que lo sucedido fue la "crónica de una muerte anunciada", ya que el acusado "despreció la vida de sus vecinos" al no subsanar los problemas de la verja que se encontraba rota.
El abogado defensor señaló que "no está acreditado que fueran los tres 'pit bulls' los que atacaran y ocasionaran la muerte del fallecido", ya que según este, no se investigó ni a los perros de la víctima ni a otros perros de la zona. Así mismo, en un último turno de intervención apuntó que durante la vista "se han dicho muchas mentiras".
La Fiscalía solicita para el procesado dos años de cárcel por un delito de homicidio con imprudencia y unos 100.000 euros de indemnización. La acusación particular por su parte, solicita dos años más de prisión que el Fiscal, así como 120.000 euros de indeminzación a la familia. La defensa solicitó la libre absolución de su acusado, si bien, afirmó que podría incluirse como alternativa la posible imprudencia leve con resultado de muerte. De estimarse, las indemnizaciones no son superiores a las de un accidente de tráfico, de un máximo de 74.000 euros para la viuda, y 8.000 por cada uno de los hijos.
El jucio ya ha quedado visto para sentencia.
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Según declaró Juan M.P. en el Juzgado de lo Penal 2 de Granada, los perros no estaban vacunados ni sometidos a ninguna atención especial, a la vez que dijo que los animales estaban "a veces sueltos y a veces atados, los tenía para mi compañía y seguridad, porque ya me habían entrado a robar siete u ocho veces". Estos supuestos robos rompieron una valla que era por la que los animales se escapaban, aunque "cada vez que me avisaban los vecinos de que andaban sueltos, yo acudía a recogerlos". Asimismo, el único acusado afirmó que "hasta el día de los hechos no me ocasionaron ningún problema, y los tenía desde hacía cinco o seis años". El propio procesado también declaró ante el juez que "el fallecido chinchaba y molestaba" a los tres 'pit bulls'.
Testigos
Por su parte, en la vista oral celebrada declararon también varios vecinos, los forenses, agentes de la Guardia Civil o familiares de ambas partes implicadas. Precisamente, un hijo del fallecido recordó que ya interpusieron una demanda contra el acusado por un incidente que tuvieron con anterioridad con los perros y afirmó que "el dueño nunca hizo nada ni caso de las quejas y advertencias contra sus perros porque decía que tenía un buen seguro". La hija del procesado apuntó que "nunca dieron ningún problema".
Las versiones entre los vecinos son diferentes, ya que mientras que unos declararon temer por la supuesta peligrosidad de los animales, otros apuntaron que no tenían constancia de que causaran temor en la zona. Si bien, todos declararon que andaban sueltos, sin bozal y sin correa.
Los Guardias Civiles llamados a declarar afirmaron que "no hubo ninguna colaboración" por parte del dueño de los perros, ya que al parecer, este no entregó los animales a los agentes hasta que no se lo aconsejó su abogado. Por su parte, otro agente que participó en la investigación reconoció que la jaula que tapaba el agujero por donde supuestamente se habían escapado los perros para atacar al fallecido, que se encontraba en el terreno colindante a la finca del fallecido "había sido desplazada con posterioridad a los hechos", ya que en la oquedad se hallaron restos de sangre y pelos de animal y el barro indicaba un movimiento de la misma.
Según los forenses, la víctima presentaba tres heridas en el antebrazo y las dos piernas, dos de ellas con fractura de hueso y destrucción del músculo y vasos sanguíneos, lesiones producidas por los tres perros.
Por su lado, uno de los técnicos señaló que pese a que estos animales están considerados como peligrosos, "están técnicamente equilibrados, ya que no atacan si no ven motivos para agredir, teniendo en cuenta que no fueron adiestrados para morder a las personas".
"Una muerte anunciada"
El Fiscal del caso afirmó rotundamente que lo sucedido fue la "crónica de una muerte anunciada", ya que el acusado "despreció la vida de sus vecinos" al no subsanar los problemas de la verja que se encontraba rota.
El abogado defensor señaló que "no está acreditado que fueran los tres 'pit bulls' los que atacaran y ocasionaran la muerte del fallecido", ya que según este, no se investigó ni a los perros de la víctima ni a otros perros de la zona. Así mismo, en un último turno de intervención apuntó que durante la vista "se han dicho muchas mentiras".
La Fiscalía solicita para el procesado dos años de cárcel por un delito de homicidio con imprudencia y unos 100.000 euros de indemnización. La acusación particular por su parte, solicita dos años más de prisión que el Fiscal, así como 120.000 euros de indeminzación a la familia. La defensa solicitó la libre absolución de su acusado, si bien, afirmó que podría incluirse como alternativa la posible imprudencia leve con resultado de muerte. De estimarse, las indemnizaciones no son superiores a las de un accidente de tráfico, de un máximo de 74.000 euros para la viuda, y 8.000 por cada uno de los hijos.
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1 comentario:
Era conocedor de que existia un Ley de Perros Potencialmente Peligrosos, y también en la familia sabían interpretarla ya que su mujer es titular de un Asesoría Jurídica en el Poligono Juncaril de Albolote, incluso sus hijas trabajan allí.
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